Sep 2025

Qué ver en Túnez: historia, desierto y playas en un mismo destino

Cuando piensas en el norte de África, pocas sorpresas resultan tan atractivas como Túnez. Un país pequeño en extensión pero enorme en contrastes: ruinas romanas, medinas llenas de vida, oasis en mitad del desierto y una costa mediterránea que invita a relajarse. Si quieres descubrir qué ver en Túnez y por qué es un destino tan completo, acompáñanos en este recorrido que te abrirá el apetito viajero desde la primera línea.

Un paseo por la historia de Túnez

Hablar de Túnez es hablar de una tierra marcada por civilizaciones. Fenicios, romanos, árabes y franceses han dejado huella en ciudades, ruinas y monumentos que aún conservan su esencia. Explorar su legado histórico es adentrarse en un museo al aire libre en el que conviven templos, mezquitas y medinas con siglos de antigüedad.

Cada rincón histórico te recuerda que Túnez ha sido cruce de caminos entre culturas

Uno de los nombres más emblemáticos es Cartago, antigua potencia del Mediterráneo cuyas ruinas permiten imaginar su grandeza. A su lado, la capital Túnez conserva una medina declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con callejuelas que te sumergen en la tradición árabe. Al sur, el anfiteatro de El Jem, sorprendente por su tamaño y conservación, muestra la importancia de la herencia romana. Y si hablamos de espiritualidad, Kairuán, considerada ciudad santa del islam, deslumbra con su Gran Mezquita y su medina monumental.

El desierto tunecino, un paisaje de contrastes

El sur del país esconde uno de sus mayores atractivos: el desierto. Una sucesión de dunas, oasis y llanuras infinitas que muestran la faceta más auténtica del norte de África. Aquí la naturaleza marca el ritmo, y contemplar el horizonte teñido por el sol es una experiencia difícil de olvidar.

La inmensidad del desierto tunecino te hace sentir en otro planeta

La llamada “puerta del Sáhara” es Douz, un pueblo rodeado de palmerales que conecta directamente con el mar de dunas. También impresiona el Chott el Jerid, un lago salado que se extiende hasta donde alcanza la vista y que cambia de color según la luz del día. En las montañas, Matmata sorprende con sus casas trogloditas excavadas en la roca, un ejemplo único de adaptación al medio. Y entre todo ello aparecen los oasis, como los de Tozeur, que ofrecen un respiro verde en medio de la aridez.

Las playas del Mediterráneo en Túnez

Si hay algo que completa el atractivo del país son sus kilómetros de costa. El Mediterráneo baña Túnez con aguas cálidas y tranquilas que contrastan con el bullicio de las medinas. Playas de arena fina y tonos turquesa convierten la franja litoral en un lugar perfecto para relajarte tras recorrer ciudades y desiertos.

El Mediterráneo en Túnez ofrece un respiro de calma y belleza natural

Entre los destinos más conocidos está Hammamet, con sus playas de arena blanca y ambiente relajado. En Susa (Sousse) se combina el encanto de la medina con la proximidad de la costa, lo que la convierte en un lugar con doble atractivo. Y si buscas un entorno más especial, la isla de Djerba ofrece playas tranquilas, casas encaladas y un ambiente mediterráneo que invita a quedarse.

La gastronomía, un viaje de sabores

Si quieres saber qué ver en Túnez, no puedes pasar por alto su cocina. La mezcla de influencias árabes, mediterráneas y africanas ha creado una gastronomía rica en especias y sabores intensos. El cuscús en sus múltiples versiones, los guisos de carne con verduras, el tajine tunecino o el brik, una empanadilla crujiente rellena, forman parte de la experiencia cultural.

La gastronomía tunecina es tan diversa como su paisaje

Algunas ciudades añaden encanto a esta experiencia. En la propia Túnez capital puedes disfrutar de terrazas en plena medina donde probar la famosa harissa, una pasta picante muy presente en la cocina local. En Sidi Bou Said, con sus casas blancas y puertas azules frente al mar, el café o el té a la menta se convierten en un placer con vistas al Mediterráneo.

Mercados y artesanía: esencia tunecina

Pocas cosas reflejan mejor la vida cotidiana que los mercados. En Túnez, los zocos son un espectáculo de colores, aromas y sonidos. Pasear por ellos es descubrir la importancia de la artesanía: alfombras tejidas a mano, cerámicas decoradas con paciencia infinita o perfumes elaborados con esencias locales.

El mercado tunecino es una ventana abierta a la autenticidad

La medina de Túnez es uno de los mejores ejemplos, con una variedad casi infinita de zocos dedicados a cada oficio. En la ciudad de Nabeul, en la península de Cabo Bon, la cerámica es el producto estrella, mientras que otros pueblos costeros muestran la tradición de la cestería y los tejidos. Estos espacios no son solo para comprar, sino también para observar la vida diaria y sentir cómo cada objeto cuenta una historia.

Conclusión: Túnez, un destino completo

Después de este recorrido queda claro qué ver en Túnez va mucho más allá de un único atractivo. Historia milenaria en Cartago, El Jem o Kairuán; paisajes de desierto como Douz, Matmata o el lago salado de Chott el Jerid; playas mediterráneas en Hammamet, Susa y Djerba; además de una gastronomía intensa y mercados que muestran la autenticidad del día a día. Todo en un mismo país que sorprende por su diversidad.

En Uniite Travel creemos que descubrir un lugar tan variado es todavía más especial cuando lo haces acompañado. Por eso, si estás pensando en tu próximo viaje, puedes contar con nosotros para vivir Túnez en un viaje organizado en grupo, disfrutando de cada rincón sin preocuparte por nada más.
 

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