Jun 2025

Los países bálticos, esos grandes desconocidos

Cuando hablamos de Europa del Este, los países bálticos no suelen ser los primeros de la lista. Sin embargo, Estonia, Letonia y Lituania tienen ciudades llenas de historia, personalidad y encanto. 

En este artículo te mostramos los imprescindibles de los países bálticos: ocho ciudades que sorprenden por su belleza, su ambiente y su autenticidad. Una combinación perfecta de cultura, naturaleza y tranquilidad para quienes quieren viajar sin prisas y sin aglomeraciones.

Las 8 ciudades imprescindible en los países bálticos

Tallín, la joya medieval de Estonia

Tallín es una de las capitales más encantadoras de Europa. Su casco antiguo, Patrimonio de la Humanidad, conserva intacta su esencia medieval: calles empedradas, murallas, plazas con tejados rojos y torres que parecen sacadas de un cuento. 

Una ciudad donde la historia y el futuro se dan la mano

Pero Tallín también es moderna, tecnológica y creativa, con un panorama cultural que mezcla tradición y vanguardia. Puedes pasar del bullicio histórico de la plaza del ayuntamiento a la calma minimalista de una galería de arte en pocos pasos. Todo está cuidado, pero sin artificios. Y aunque es una ciudad pequeña, cada rincón tiene algo que contar. Es un destino ideal si te gusta caminar, observar y descubrir a tu ritmo.

Tartu, la Estonia universitaria y cultural

Tartu es la segunda ciudad de Estonia y el alma intelectual del país. Con una de las universidades más antiguas del norte de Europa, la ciudad tiene un ambiente joven, relajado y profundamente creativo. Sus calles están salpicadas de esculturas curiosas, espacios alternativos, librerías y cafés donde se respira pensamiento y arte. Aquí no encontrarás multitudes, pero sí muchas ganas de quedarte.

Donde la inteligencia y la calma se encuentran

Además, Tartu es compacta y fácil de explorar. Sus edificios color pastel, sus parques y su orilla del río Emajõgi invitan a desconectar sin perder ese punto urbano estimulante. Es una ciudad que no impone, pero que te deja huella.

Riga, la reina del art nouveau en Letonia

Riga

Riga, capital de Letonia, combina grandeza arquitectónica con una energía cultural muy viva. Su colección de edificios art nouveau es de las más grandes del mundo, y eso se nota en cada paseo por el centro. Pero Riga no es solo fachada: es música, historia, mercados vibrantes y rincones con carácter. Tiene algo de ciudad imperial, algo de ciudad creativa, y mucho de espacio donde apetece quedarse.

Una ciudad con estilo propio y mil capas que explorar

Desde el canal que rodea el casco antiguo hasta los bares con diseño nórdico y las tiendas de artesanía, Riga ofrece una mezcla perfecta entre lo elegante y lo auténtico. Todo sin prisas ni pretensiones.

Sigulda, naturaleza, castillos y leyendas

A solo una hora de Riga, Sigulda es el destino perfecto para conectar con la naturaleza sin renunciar a la historia. Situada dentro del Parque Nacional de Gauja, la ciudad combina paisajes de bosque, cañones, senderos y fortalezas medievales. Aquí puedes caminar entre castillos en ruinas, atravesar ríos o simplemente contemplar los colores del otoño desde lo alto de un mirador.

Donde Letonia se vuelve puro cuento de hadas

Sigulda es verde, es tranquila y está llena de leyendas. Su castillo nuevo y el viejo se enfrentan visualmente desde distintas colinas, mientras el entorno hace que todo parezca sacado de un cuento nórdico. Una escapada imprescindible en Letonia.

Kuldīga, la joya escondida de Letonia

Kuldīga es una de esas ciudades que nadie espera y que nadie olvida. Su centro histórico, con casas de madera y tejados inclinados, conserva un encanto sereno y acogedor. Pero su gran protagonista es la cascada más ancha de Europa, que atraviesa el corazón del pueblo con naturalidad y belleza.

Un secreto bien guardado entre ríos y tejados antiguos

El puente de ladrillo rojo sobre el río Venta le da un toque casi cinematográfico, y el ritmo aquí es otro: el del paseo lento, el café tranquilo y las conversaciones sin prisa. Es un lugar perfecto para detenerse y simplemente estar. Y eso, hoy en día, ya es mucho.

Vilna, la capital bohemia de Lituania

Vilna no es una ciudad para ver rápido, sino para saborear despacio. Su centro histórico es uno de los más extensos de Europa del Este, lleno de iglesias barrocas, callejones irregulares y plazas abiertas. Pero lo más especial de Vilna está en su carácter: libre, artístico, alternativo.

Una capital pequeña con una identidad muy grande

El barrio de Uzupis, que se autodefine como república independiente, es un ejemplo perfecto de ese espíritu creativo. Aquí hay poesía en las paredes, esculturas inesperadas y espacios que respiran autenticidad. Vilna tiene algo diferente, difícil de explicar, pero fácil de sentir cuando la recorres sin expectativas.

Kaunas, ciudad de diseño y resistencia

Kaunas

Kaunas ha vivido a la sombra de Vilna durante años, pero hoy brilla con luz propia. Fue Capital Europea de la Cultura en 2022 y eso ha dejado huella: museos, arte urbano, arquitectura interbelica y una apuesta clara por el diseño la convierten en una ciudad que mira al futuro con confianza.

Cuando el pasado inspira al presente, Kaunas florece

Sus calles tienen historia, pero también ideas nuevas. En Kaunas puedes pasar de un edificio modernista a un mural de arte contemporáneo en cuestión de minutos. Es perfecta para quienes disfrutan descubriendo ciudades que se transforman sin perder sus raíces.

Klaipėda, el puerto tranquilo del Báltico

Klaipėda es la ciudad costera de Lituania, donde el ritmo lo marca el mar. Tiene un puerto antiguo con arquitectura de influencia alemana, un centro pequeño pero animado y una atmósfera tranquila y luminosa que invita a bajar el ritmo. Es la puerta de entrada al istmo de Curlandia, una de las maravillas naturales del país.

Donde el Báltico se convierte en brisa y horizonte

La ciudad en sí combina historia naval, arte moderno y una conexión con la naturaleza que se siente en cada paseo. Es un lugar ideal para cerrar un viaje con calma, rodeado de aire salado y cielos amplios.

Mucho por ver en poco espacio

Los imprescindibles de los países bálticos no son solo sus capitales, aunque Tallín, Riga y Vilna merecen todas las miradas. Tartu, Kuldīga, Sigulda, Kaunas o Klaipėda completan el mapa con experiencias que mezclan historia, naturaleza y carácter local. Ciudades que no buscan impresionar con monumentos gigantes, pero que saben quedarse contigo.

Y si te apetece conocer estos rincones únicos con buena compañía, en uno de nuestros viajes organizados, estás en el lugar perfecto. Porque hay ciudades que vale la pena ver... y otras que vale la pena compartir. ¿Te vienes a descubrir los países bálticos con nosotros?

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